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El Consejo Regulador elige al baenense José Luis Trujillo como Capataz de Bodega de la Fiesta de la Vendimia

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha designado como Capataz de Bodega de la sexagésimo segunda edición de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles al baenense José Luis Trujillo, que ha estado ligado a Bodegas Jesús Nazareno –la única firma vitivinícola del municipio del Guadajoz– desde su fundación y hasta su jubilación en 2015.

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Trujillo expresó ayer a
su agradecimiento por el nombramiento de Capataz de Bodega. "Es muy gratificante que se acuerden de ti después de estar desconectado casi tres años", reconoció el que fuera gerente de Bodegas Jesús Nazareno durante veinticinco años, lo que le permitió mantener "muy buena relación con el Consejo Regulador" en representación de la cooperativa baenense.

Miembro de la Cofradía de Amigos de la Viña y el Vino de Baena, José Luis Trujillo recordó ayer, en declaraciones a este periódico, sus primeros pasos en Bodegas Jesús Nazareno. "Entré con la categoría de pinche en 1968, uno de los primeros años de molturación y, en toda mi trayectoria a lo largo de 45 años, fui escalando hasta llegar a ser gerente de la empresa a principios de los noventa", detalló Trujillo, que ha desempeñado multitud de labores relacionadas con la administración, la comercialización e incluso el reparto de vinos y vinagres.

El nuevo Capataz de Bodega, que será distinguido el próximo sábado durante un acto que tendrá lugar en el castillo de El Gran Capitán, rememoró ayer que "los primeros momentos de Bodegas Jesús Nazareno estuvieron muy ligados a la plantación de nuevos viñedos". De hecho, la cooperativa se fundó con muy pocos propietarios –entre ellos, Bodegas Roldán, Modesto Ruiz, Luis Montes y Antonio Cruz– que llevaban la uva a Montilla.

La cooperativa baenense fue creciendo paulatinamente. De transformar la uva en mosto y vender el vino a otras bodegas al por mayor en cisternas, pasaron a la comercialización y a la compra de bodegas de crianza donde envejecer los caldos. Al principio apostaron por marcas de parajes y términos de Baena como Juncal o Especial Morana. En la década de los setenta se dio el paso definitivo con el Fino Baena, Solera y Cancionero. Posteriormente, se incorporó el Don Bueno y el Minguillar.

"En esta zona tenemos unos vinos muy especiales, ya que siempre hemos apostado por la calidad", destacó ayer Trujillo, que aseguró que "la uva en Baena se paga mejor que en Montilla, con una diferencia de hasta un 30 o un 40 por ciento".

A pesar de los avances, José Luis Trujillo tiene muy presente la dificultad del mercado del vino y el pronunciado descenso en el consumo de los últimos años, que ha pasado de 67 a 18 litros por habitante y año. Un factor que se suma a la drástica reducción de viñedo en Baena –que llegó a contar con 1.200 hectáreas, frente a las 150 de la actualidad– y en el resto del marco Montilla-Moriles.

"Espero que Bodegas Jesús Nazareno se puedan mantener para poder salvar el poco viñedo que nos queda en Baena", apuntó ayer José Luis Trujillo, quien hizo hincapié en que "como ocurre en otras zonas, nos hemos propuesto que el que nos visite compruebe que tenemos un muy buen vino y que es agradable tomarlo".

JESÚS ORDÓÑEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: JESÚS ORDÓÑEZ