Ir al contenido principal

María Jesús Sánchez | Diálogo

No me tienes en cuenta. No te importo. Solo piensas en ti. Siempre me tienes en ascuas. No existo para ti. Correr y correr: esa es tu vida. ¿Dónde quedo yo? ¿Cuánto hace que no me miras? ¿Que no te preocupas por mi salud o bienestar? Ya no hay sesiones de crema, ni mañanas de jazz. Tu aceleramiento diario me deja sin energía.



Antes dormíamos juntos. Ahora yo me hago una bola y tú sigues trabajando. Soy invisible, no me dejas descansar. Solo necesito mimos y cuidados de vez en cuando. Crees que con dedicarme una hora a la semana basta y no es así. Yo siempre espero tu mirada. Me duele todo.

Hay una parte de ti que sé que me quiere y le gustaría cuidarme, pero siempre gana a la otra, la que solo tira hacia delante. Como el caballo de Atila, arrasando. Yo, con poder descansar de verdad, me conformo; con sentarnos a contemplar el mar o los árboles en la montaña, soy feliz. Ejercicio suave, piel hidratada, comida con calma, miradas lejanas, vivir el día día... En definitiva, no estar siempre en tensión por un apocalíptico futuro.

A pesar de tu desaires, yo creo que podemos ser felices juntos. Aún estamos a tiempo. Un poco de cariño, caricias en los hombros y sonrisas cada mañana... Y yo me relajaría. Estaría mejor de salud y no tendría que llamar constantemente tu atención. Lo reconozco, a veces enfermo para que te apiades de mí y no me arrastres por las calles en horarios programados.

Mírame y sonríeme, por favor.

Todas estas son las frases que mi cuerpo le manda a mi mente hacendosa, que corre constantemente buscando un fuego que no existe.

Hoy he podido escucharlo y voy a hacer que desaparezca el monólogo y que pueda haber un diálogo. Me queda poco tiempo de seguir haciéndome la sorda. Los gritos son cada vez más débiles y su energía decrece por momentos. Como mi mente calculadora trabaja por objetivos, le voy a poner un gran objetivo: vivir lentamente.

Hoy estoy enferma porque mi cuerpo no puede más y me ha mandado un mensaje claro: o tú me tienes en cuenta, o yo voy a hacer que tengamos tiempo para descansar.

MARÍA JESÚS SÁNCHEZ