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El sector del vino prevé una caída del 10% en la cosecha de uva tinta como consecuencia del arranque de vides

La vendimia en el marco de Montilla-Moriles continúa avanzando en la recolecta de sus diferentes variedades de uva. Desde que se iniciara la recolección a mediados del mes de julio, la vendimia de las uvas tintas es una realidad en los viñedos de la comarca cordobesa, donde este año se espera una merma en la producción como consecuencia del calor y la escasez de lluvia –que también ha afectado al resto de variedades–, así como por el arranque de vides en algunas parcelas.



La cooperativa San Acacio de Montemayor comenzó a recibir las primeras uvas tintas el pasado fin de semana, mientras que en la cooperativa La Aurora de Montilla la previsión es hacerlo a lo largo de esta semana, una vez se ha generalizado la recogida de las variedades destinadas a verdejo en toda la comarca.

En este sentido, el gerente de la cooperativa San Acacio, Juan Antonio Aguilar, aseguró a Andalucía Digital que, junto a los efectos negativos que la climatología deja en la cosecha de este año, el arranque de vides tintas en algunas parcelas sigue mermando la producción en la comarca cordobesa. "La producción de uva tinta se ha reducido bastante en los últimos años y prevemos que la producción será un 10 por ciento menor que el pasado año", señaló Aguilar.

En Montemayor, las primeras plantaciones de esta clase de uva se realizaron en el año 2000, al amparo de las ayudas que la Unión Europea concedió para la reconversión y la reestructuración del viñedo de la zona Montilla-Moriles. Con todo, la primera cosecha de variedades tintas en la cooperativa San Acacio no llegaría hasta el mes de agosto de 2002. "Es probable que ahora no se mantenga mucho más del 20 por ciento de esas plantaciones", aseguró el gerente de San Acacio.

Con todo, desde la cooperativa La Aurora confían en que el arranque de vides sufrido en el pasado –y que llegó a generar una caída de 1,5 millones a 600.000 kilos de uva tinta molturada en sus instalaciones–, se "estabilice" y permita dar continuidad a unos vinos "que tienen una importante demanda en el mercado nacional e internacional".

"Creemos que la caída este año no será muy alarmante, y se situará en los 550.000 kilos de uva tinta", subrayó el presidente de la Cooperativa La Aurora, Juan Rafael Portero, quien apostó más por una reducción en la producción como consecuencia de las altas temperaturas y la falta de lluvia, que a nuevos arranques de vides.

La recolección de variedades tintas suele arrancar cada año con la variedad merlot, la primera en madurar. Tras ella, se recolectan las uvas del tipo syrah, tempranillo y cabernet sauvignon. Tras ellas, es cuando da comienzo la vendimia de la variedad autóctona, la Pedro Ximénez.

Las previsiones de la Sectorial Vitivinícola de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Córdoba) señalan que la cosecha de 2019 de uva tinta se situará en torno a los 3,5 millones de kilos. Una cifra –provisional hasta que la recolección de las uvas syrah y tempranillo se encuentre más avanzada– que contrasta con los 8,9 millones de kilos con los que se cerró la campaña del año 2013 y los 7,5 millones que se molturaron en el 2014.

"Es necesario mantener esta apuesta porque, a pesar de que en la provincia no hemos conseguido que se defiendan los Vinos de la Tierra de Córdoba, en estos años se ha abierto un importante mercado a nivel internacional", aseveró Portero sobre el futuro de la uva tinta en la comarca cordobesa.

Las peculiaridades de los vinos tintos que nacen de los viñedos de la Campiña cordobesa, con una personalidad muy acentuada al proceder de tierras muy cálidas, es ya bastante apreciada en países como China, Reino Unido, Polonia, Francia o Italia, si bien el sector confía en invertir esta tendencia y potenciar el consumo interno.

I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR