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El Hospital Comarcal de Montilla se alza con uno de los galardones de los V Premios Humanizando la Sanidad

El Hospital Comarcal de Montilla ha conseguido uno de los galardones de los V Premios Nacionales Humanizando la Sanidad que otorga la compañía farmacéutica TEVA por su proyecto que lleva por título La cama de los últimos días. A través de éste, se busca ofrecer una muerte digna a los pacientes que llegan a las Urgencias en situación de muerte inminente, o lo que es lo mismo, sin solución médica, prestando una asistencia clínica lo más humanizada posible, algo en lo que se consigue ya en el 93 por ciento de las ocasiones.


Según apunta el director de Procesos Críticos y Urgentes del hospital montillano y coordinador del proyecto, Emilio del Campo, “distintos estudios demuestran que hay una tendencia creciente de familias de enfermos con enfermedades degenerativas, terminales y mala calidad de vida que vienen a Urgencias buscando una solución cuando en realidad están en sus últimos días de vida, precisando más una medicina paliativa que curativa".

"Deben fomentarse actuaciones encaminadas a que la sociedad tenga el cambio de mentalidad para aceptar con naturalidad la muerte, como un hecho que tiene que suceder en cualquier persona cuando ésta llega, y no aumentar el sufrimiento, si lo hay, del paciente y la familia. En tanto esto no ocurra, los hospitales deben prepararse para acomodar el deseo de morir en él”, indicó Del Campo.

En la actualidad, indicó el coordinador del proyecto, los servicios de Urgencias, por sus propias características, "no están acondicionados para atender a los pacientes en proceso de muerte". "No obstante, hemos comprobado que ello genera sentimiento de abandono en el paciente y en la familia, así como frustración entre los profesionales que saben lo que tienen y no tienen que hacer, pero no pueden ante la falta de organización e infraestructura", apuntó.

Ante ello, el Hospital de Montilla comenzó a trabajar en 2010 con un equipo formado por profesionales médicos, enfermería, auxiliares y celadores para abordar este asunto. El primer paso que realizó el grupo fue la definición clara del concepto “muerte inminente”, entendida como “etapa final de la agonía, donde el médico o enfermero que atiende al paciente espera el fallecimiento en las siguientes 24 horas y conocen o saben tras consultar con la historia clínica y/o familiares que no hay solución médica viable”.

Posteriormente, se creó un circuito específico para el paciente con muerte inminente, tratando de que el mayor número de enfermos en esta situación pudieran fallecer en una cama acompañados de su familia, y logrando que el paciente ingrese de manera rápida, existiendo una cama reservada para ello.

Para ello, el hospital tiene habilitada una cama en el Área de la Unidad Especial, y en caso de ser necesaria hay otras dos camas más en sustitución de la primera, cada una de ellas individual, con doble entrada -una para familiares y otra para profesionales- con cuarto de baño propio y sin restricciones de acceso para familia y allegados.

Por su parte, los profesionales intensifican las medidas de comunicación con la familia tanto a la llegada a las Urgencias como en la sala de información de la Unidad donde ingresa el paciente. Asimismo, se prescriben las indicaciones de sedación en la agonía si las necesitase y se proporciona un soporte emocional eficaz a las familias para acompañarlos en el duelo.

Con este procedimiento se actua en cuatro frentes fundamentales: el primero, en el paciente, al dignificar su etapa final de la vida; el segundo, en las familias, porque existe mayor comunicación con ellas y evita sufrimientos innecesarios; el tercero, en los profesionales, porque les libera de conflictos familiares y éticos que puedan surgir por el estado emocional de la familia; y cuarto, en el propio área de Urgencias, ya que organizativamente el profesional conoce cuál es su papel en este proceso.

“En ocasiones ante esta situación de muerte inminente, los sanitarios usamos la frase “ya no hay nada que hacer” y habría que cambiarla por “aún quedan muchas cosas por hacer”, porque a veces podemos curar, pero siempre podremos cuidar al paciente y familias, ya que esa es nuestra misión”, concluyó Del Campo.

Los resultados de este proyecto del Hospital Comarcal de Montilla, que dura ya diez años, son los que se analizaron en estos premios de humanización sanitaria, en el que participan 50 proyectos de centros sanitarios de toda España.

Premios TEVA

Los Premios Humanizando la Sanidad tienen como objetivo reconocer la labor de aquellas instituciones, públicas o privadas, que desarrollan proyectos, actividades e iniciativas solidarias que contribuyen a sobrellevar la difícil experiencia de la enfermedad de la mejor manera posible, creando un ambiente más agradable y seguro para los pacientes y sus familias; eliminando miedos, apoyándolos psicológicamente y humanizando los procesos asistenciales, con el fin de ayudarles a manejar su enfermedad de una manera más positiva.

Esta quinta edición premiará 11 proyectos desarrollados en hospitales o centros sanitarios españoles que hayan conseguido mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares, gracias al trabajo, la sensibilidad, la innovación y la imaginación, que ayuden en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Cada premio está dotado de 3.000 euros que se entregarán a la organización que haya desarrollado el trabajo, y será en concepto de donación, ayudando al desarrollo de este u otros proyectos.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL